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Ante la crisis migratoria de los países México y Centroamérica: Una Iglesia sin fronteras.

| Cáritas Nacional/I.Vallecillo

"No se dejen robar la esperanza y la alegría de vivir que brotan de la experiencia de la misericordia de Dios, que se manifiesta en las personas que encuentran a lo largo de su camino" Papa Francisco, 17 de Enero de 2016. Mensaje de Cáritas en la zona CAMEX en la Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado.

Con ocasión de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, las organizaciones que formamos parte de la Confederación Caritas Internationalis en la zona de Centro América y México, alzamos nuestra voz ante los grandes flujos migratorios generados en nuestra región por una inestable situación socioeconómica, política y de violencia.

El flujo migratorio más importante es generado desde México, Guatemala, El Salvador y Honduras, hacia Estados Unidos. Pero, también, tenemos movimientos Sur-Sur en nuestra zona, específicamente de Nicaragua hacia Costa Rica, el país con el mayor porcentaje de inmigrantes de América Latina y El Caribe, y aumenta, cada vez más, hacia Panamá. Esta movilidad humana tiene su origen, fundamentalmente, en la pobreza y se ha incrementado la cantidad de personas que se ven forzadas a abandonar su país por motivos de violencia, como ocurre con migrantes del Triángulo Norte, que actualmente son el grupo más grande que busca refugio en países como Costa Rica y Panamá.

El crimen de la humanidad de la trata de personas es otro flagelo para nuestros países. Bandas de traficantes de migrantes, conocidos en la zona como "coyotes", que, además de explotar económicamente a las personas que se han visto impelidas a migrar, muchas veces los asaltan, cuando no los abandonan, dejándolos expuestos a otros muchos peligros como grupos criminales, extorsiones, asesinatos, extracción de órganos, violaciones y desapariciones. Esta infame práctica la denunció el Papa Francisco recientemente: "Cada vez con mayor frecuencia, las víctimas de la violencia y de la pobreza, abandonando sus tierras de origen, sufren el ultraje de los traficantes de personas humanas en el viaje hacia el sueño de un futuro mejor".


Son relevantes los flujos migratorios relacionados con las deportaciones y el retorno. En el año 2015, México deportó más centroamericanos que Estados Unidos (al menos 118.000 personas hasta el mes de septiembre). Un drama particularmente grave es el de las niñas y niños no acompañados. En los dos últimos años, al menos 80.000 niños fueron detenidos en la frontera mexicana-estadounidense por autoridades de Estados Unidos.

Durante los años 2014 y 2015, se han sumado a estos movimientos los de migrantes de nacionalidad cubana, que, tras llegar a Colombia, iniciaron su camino hacia los Estados Unidos por una ruta que comprende Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México, para logar acogerse a los beneficios de la Ley de Ajuste Cubano de Estados Unidos. Tras la decisión del gobierno de Costa Rica de desarticular una de las poderosas redes delictivas de traficantes de personas que comerciaban con ellos, miles de cubanos se quedaron varados en ese país y en Panamá. Esta crisis ha mostrado la debilidad de nuestros países para responder a emergencias relacionadas con la movilidad humana. Además, ha evidenciado la ausencia de políticas migratorias que garanticen la correcta protección de los derechos humanos así como la falta de consensos para dar respuestas prontas y oportunas de carácter intergubernamental a estas.

El Papa Francisco, durante su visita a los Estados Unidos, lamentó las distinciones que hace la comunidad internacional entre los refugiados que huyen de la persecución y los migrantes económicos, que buscan escapar de la pobreza, y afirmó que ambos merecen protección internacional.

Este planteamiento refleja la postura que Cáritas en la zona de Centroamérica y México desea dar a conocer ante esta problemática de las deportaciones masivas de hermanas y hermanos centroamericanos, principalmente los ubicados en el llamado Triángulo Norte. Dado que la mayoría de personas que migran desde nuestros países son forzados a hacerlo por factores como la falta de oportunidades, la pobreza y, más recientemente, la violencia social, que está alcanzando índices elevados y que amenaza principalmente a adolescente y jóvenes. Consideramos que ellas y ellos lejos de ser tratados como "criminales" deberían recibir protección en los países de destino.

Ante la oleada migratoria de hermanas y hermanos cubanos y centroamericanos, a una sola voz las Cáritas de Centroamérica y México pedimos a nuestros gobiernos y a la sociedad civil asumir con decisión compromisos impostergables, entre los que destacamos los siguientes:
1. Velar porque las personas puedan ejercer libremente su derecho de migrar o no migrar con la protección y defensa de los derechos de todos a vivir con dignidad. Invertir en el desarrollo humano integral en nuestros países puede contribuir a reducir la migración forzada por la pobreza y la violencia.

2. Que los medios de comunicación social asuman que "es indispensable que la opinión pública sea informada de forma correcta, incluso para prevenir miedos injustificados y especulaciones a costa de los migrantes" . De manera especial, la información sobre las migraciones no debe ser manipulada en orden a generar xenofobia en los países receptores.

3. Que los Estados, tanto los que están en la ruta de la actual ola migratoria cubana, como los comprendidos en la migración de hermanos y hermanas centroamericanos, logren acuerdos multilaterales con un enfoque equilibrado de la gestión de la migración ordenada, regular y segura.

4. Que el Sistema de Naciones Unidas y el SICA (Sistema de la Integración Centroamericana) incrementen su compromiso efectivo en la zona, ante los desafíos que plantean los movimientos migratorios de estos países.

5. Que las personas que forman redes de tráfico y trata de personas se despojen de esas vestiduras abominables y vistan de nuevos hábitos. ¡Basta ya de vender al hombre y a la mujer! Rompamos con la espiral de comerciar con las necesidades humanas.

6. Qué todos, como ha pedido el papa Francisco , miremos "a los emigrantes no solamente en función de su condición de regularidad o de irregularidad, sino sobre todo como personas que, tuteladas en su dignidad, pueden contribuir al bienestar y al progreso de todos, de modo particular cuando asumen responsablemente los deberes en relación con quien los acoge, respetando con reconocimiento el patrimonio material y espiritual del país que los hospeda, obedeciendo sus leyes y contribuyendo a sus costes... no se pueden reducir las migraciones a su dimensión política y normativa, a las implicaciones económicas... Estos aspectos son complementarios a la defensa y a la promoción de la persona humana, a la cultura del encuentro entre pueblos y de la unidad, donde el Evangelio de la misericordia inspira y anima itinerarios que renuevan y transforman a toda la humanidad".

Sirvan estas letras como llamado de atención y reflexión, y al mismo tiempo para tomar conciencia de esta crisis humanitaria que nos atañe a todos. Que este Año Jubilar de la Misericordia sea ocasión propicia para hacer realidad las obras de misericordia que nos interpela el Evangelio: "Porque fui forastero y me hospedaste" (Mateo 25, 35).
17 de enero de 2016

Por las Cáritas de la Zona CAMEX
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